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LADRÓN DE SUEÑOS

  • Foto del escritor: Manuel Serna
    Manuel Serna
  • 9 may 2014
  • 3 Min. de lectura

El título por sí mismo puede ser sugestivo al lector; y precisamente es la idea de este artículo; brindar una luz e identificar en la existencia propia cuál es su “Ladrón de Sueños.”

Ese foráneo, conocido, propio, ajeno, palpable, intangible o simplemente imperceptible entidad que una y otra vez actúa un papel de castrador de ilusiones, sugiriéndole afirmaciones tales como;

“eso no es posible”

“no sea ingenuo, el mundo no funciona así”

“no vale la pena”

“usted no es capaz.”

En ocasiones se trata de un introyecto asimilado artificialmente por las ideas de algún ser querido o al menos influyente, que con tono descalificador castró una y otra vez a un pequeño e indefenso que no tuvo otra opción, más que creerse este mandato.

En otras situaciones puede ser el aprendizaje condicionado por los repetitivos intentos fallidos para labrar el camino propio y llegar hasta el punto de no atreverse a intentarlo de nuevo.

En un tercer grupo se pueden incluir a las personas que simplemente nunca salieron de su zona de confort, se conformaron con ciertas comodidades, prestigio y estatus que les hacen difícil tomar la decisión de arriesgarse a seguir su “camino con corazón” en palabras de Don Juan Matus; una de las cualidades de su denominado/a “Guerrero/a.

Las anteriores son solo algunas de las tantas razones que pueden convertirse en el verdugo del potencial humano; sin embargo no es descabellado encontrar en cualquier razón posible al miedo como eje central; no en cuanto a respuesta fisiológica adaptativa, que se manifiesta en momentos de peligro real; sino como esa idea irracional e ilusoria a la que se refería el filósofo Soren Kierkegaard, al plantear que el ser humano debe labrar su destino con temor y temblor; es decir haciéndole frente a los limitantes propios y del medio; persona a la que llamó “El Caballero de la Fe” o “Dama de la Fe”; precisamente porque tiene la valentía de creer y elegir, con todo lo que ello implica.

El miedo, el más común de los ladrones de sueños; se representa por ejemplo en la mentalidad derrotista y en la tendencia cultural a rechazar lo novedoso; cuando precisamente son los sueños, los que han impulsado la evolución humana y generado los más fascinantes inventos que día a día nos acompañan; en palabras de Shakespeare “El ser humano está hecho del mismo material de los sueños y los pensamientos.”

Así como el papel antagónico lo ostenta el miedo; entonces es necesario darle el protagonismo a la valentía; esa misma que han encarnado las mentes más brillantes, algunas veces recogiendo la cosecha en vida y muchas otras solo obteniendo un reconocimiento póstumo.

En ambos casos son personajes que dejan huella; unos impregnados en la esencia de la historia universal, otros solo recordados por ciertos grupos; sin embargo sus recuerdos no mueren, probablemente por simbolizar la premisa, que quien sigue el statu quo puede llevar una vida tranquila, segura y sin muchos riesgos.

Pero el que sigue sus ideales, inspira y resalta entre las masas.

Para ser realistas la mayoría de las veces son ignorados, rechazados, perseguidos, señalados e incluso asesinados; paradójicamente allí reside su grandeza; al ser pioneros, provocar cambios, ampliar el espectro de la realidad, incluir a los marginados y esencialmente no dejar de creer en sí mismos.

Manuel Alejandro Serna Ramirez.


 
 
 

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